

Por su parte, el comandante de la policía de Barranquilla, general José Vicente Segura, dijo a la prensa que el cuerpo del sacerdote presentaba 17 puñaladas, y anunció una recompensa de 20 millones de pesos por información que permita capturar a los autores del crimen.
Monseñor Jairo Jaramillo Monsalve, arzobispo de Barranquilla, "expresó su preocupación por este hecho (y) lamentó que la vida de cualquier persona y en particular la de un presbítero tenga ese desenlace", dijo el comunicado de la Conferencia Episcopal.