Rimsha Masih, permaneció detenida varias semanas en agosto del año pasado en una cárcel de máxima seguridad de la capital pakistaní tras las reivindicaciones de grupos islámicos de Islamabad que pidieron su encarcelación.
Aunque las autoridades de Pakistán finalmente retiraron los cargos, la familia de Rimsha no ha dejado de recibir amenazas de muerte.