
La Hermandad Musulmana, que fue fundada en 1928 por Hasan el Bana, fue ilegalizada ya en 1954 por Gamal Abdel Naser, aunque tras la revolución que depuso a Hosni Mubarak en 2011 quedó en una situación alegal que todavía mantenía.
Manos manchadas de sangre
En declaraciones a la prensa tras la comparecencia de su portavoz, el primer ministro del Gobierno provisional, Hazem al Beblaui, llamó a la reconciliación de los egipcios, aunque cerró esa puerta a "quienes tengan las manos manchadas de sangre". "No habrá reconciliación con quienes tengan las manos manchadas de sangre, con quienes hayan levantado sus armas contra el Estado o contra los ciudadanos", señaló Beblaui.
Asimismo, aseguró que su Ejecutivo está intentando "allanar el camino hacia la democracia, con una Constitución de consenso y una ley electoral transparente".
El primer ministro destacó que los últimos enfrentamientos registrados el viernes -que causaron al menos 173 muertos, según el Gobierno- se produjeron entre "vecinos y manifestantes", y no por la acción de las fuerzas de seguridad.
Por último, reiteró que su Ejecutivo apuesta por una solución pacífica a la crisis egipcia, y que la intervención de las fuerzas de seguridad debe ser solo "el último recurso".