Veintiséis policías resultaron heridos durante enfrentamientos entre republicanos católicos y unionistas protestantes en la ciudad de Belfast, en Irlanda del Norte.
La confrontación comenzó cuando miembros de la comunidad protestante, que apoyan la integridad de Irlanda del Norte con Reino Unido, intentaron cerrar el paso a una marcha católica en favor de una Irlanda unida. La policía utilizó balas de goma y cañones de agua en un intento por impedir la violencia. En respuesta, los manifestantes atacaron a los agentes con botellas y ladrillos.
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