Australia busca autorizar esterilizaciones de menores de edad


Una nueva legislación para consentir esterilizaciones a menores de edad se suma a los fuertes debates planteados en Australia con casos de abortos luego del nacimiento y la eterna discusión sobre la eutanasia.

En este caso, una nueva legislación de Australia está preparando el camino para que niños de cualquier edad puedan consentir su propia esterilización sin que sea necesaria la aprobación de los padres. De esa forma, si un psiquiatra determina que un niño menor de 18 años está "suficientemente maduro", va a ser esterilizado sin nada que decir de los padres. Una vez más, no hay edad mínima, siempre y cuando sean suficientemente "maduros".
La legislación, conocida como el 'Proyecto de Ley de Salud Mental 2011', también permite que niños de hasta 12 años de edad consientan la psicocirugía y el electroshock. El proyecto de ley puede verse en la página web que el gobierno australiano dedica a la Salud Mental. Escrito por la Comisión de Salud Mental de Western Australia (MHC) y supervisado por el Comisario de Salud Mental y la psicóloga clínica del Sr. Eddie Bartnik, las objeciones todavía pueden ser presentadas a los parlamentarios australianos en cada estado hasta el 09 de marzo.

Algunos de los puntos principales del proyecto de ley sostienen:

Niños de cualquier edad pueden acceder a una esterilización: Si un psiquiatra decide que un niño (menor de 18 años) tiene la madurez suficiente, él o ella será capaz de dar su consentimiento para la esterilización. El consentimiento de los padres no será necesario. Solo después de que el procedimiento de esterilización se haya realizado éste deberá ser reportado y sólo al Jefe de Psiquiatría.

Niños de hasta 12 años serán capaces de consentir una psicocirugía: la psicocirugía irreversible daña el cerebro por medio de cirugía, quemaduras o la inserción de los electrodos. Este proyecto de ley propone que se permita a un niño de 12 años, si se considera lo suficientemente maduro por un psiquiatra, poder acceder a la psicocirugía. Una vez que el niño haya dado su consentimiento, éste se presenta ante el Tribunal de Salud Mental (MHT) para su aprobación. Otra vez, el consentimiento de los padres no será necesario también para que la MHT apruebe la intervención.

Las mismas condiciones se estipulan para casos de tratamientos con electroshocks, probados como altamente destructivos.

Las protestas no se han hecho esperar y miles de objeciones ya han sido enviadas a la Comisión de Salud Mental y a los legisladores del estado de Western Australia.