Sin embargo, una expedición que estudiaba la tectónica de placas cerca de Nueva Caledonia, ha pasado navegando por el lugar donde supuestamente se encontraba Sandy Island y pudieron comprobar que no existía. "Hemos recopilado la información sobre el fondo marítimo para enviarla a las autoridades relevantes, cambiar así el mapa del mundo” y borrar de allí la isla, contó al periódico ‘Sydney Morning Herald’ Steven Micklethwaite, miembro de la expedición.
¿Pero qué era lo que vio la tripulación del Velocity cuando descubrió la isla fantasma?
Maria Seton, que lidera la reciente expedición, considera que podría tratarse de una balsa grande de pumita o piedra pómez que se forma cuando la lava volcánica se enfría rápidamente y atrapa gas en su interior creando así rocas ligeras que pueden flotar.
De hecho, este fenómeno se pudo contemplar el verano pasado cerca de la costa de Nueva Zelanda tras la erupción del volcán submarino Havre Seamount.
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