El representante del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) en El Líbano, Ali Baraka, ha insistido en que este Movimiento se opone a la reanudación de los diálogos entre Palestina y el régimen de Israel si preponderantemente este último no deja de construir asentamientos en las regiones que pertenecen a Palestina.
Baraka ha considerado que la agitación que reina en los países árabes es una buena oportunidad para el régimen de Tel Aviv, al indicar que el enemigo sionista aprovecha esta situación para intensificar la construcción de asentamientos en la Palestina ocupada y Al-Quds (Jerusalén Este).
Además ha pedido al presidente del Estado de Palestina, Mahmud Abás, que antes de empezar diálogos con la parte israelí, reanude las conversaciones entre los distintos grupos palestinos.
El representante de HAMAS en El Líbano ha subrayado que los campos de los palestinos desterrados en El Líbano no serán parte de las divergencias en El Líbano ni de los conflictos internos y ha insistido en la necesidad de guardad imparcialidad en cuanto a estos campos refiere.
La nueva ronda de los diálogos entre Palestina y el régimen de Israel empezará el 30 de julio en Washington.
El Gobierno de Abás vislumbra la reunión como una oportunidad para conseguir su demanda de que cualquier conversación de paz se realice sobre la premisa de un futuro Estado palestino con fronteras cercanas a las existentes antes de la guerra de 1967 en Cisjordania y Gaza.
Mientras los palestinos quieren garantías sobre el respeto de esos límites para iniciar el diálogo el régimen de Israel, que ha cubierto Cisjordania con asentamientos judíos y quiere mantener parte de ellos bajo cualquier acuerdo de paz, hasta ahora se ha negado a aceptar las fronteras de 1967, sosteniendo que el nuevo proceso de paz debe celebrarse sin "precondiciones" sobre dichas fronteras. Una actitud que hasta ahora no ha causado más que repetidos fracasos en varias rondas de diálogos.
