El año pasado, Jordan Liflander, residente de Boiling Springs en Carolina del Sur, se vistió con el uniforme de los Bomberos de Nueva York y ante una audiencia contó con lujo de detalles cómo trabajó y cuánto le afectaron los ataques del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas.
Durante una ceremonia realizada en el Wofford College, de Spartanburg, para conmemorar el décimo aniversario de los ataques, Liflander reveló que ya estaba retirado pero que había trabajado como capitán de la Compañía 133. Añadió que tras los ataques, estuvo las siguientes tres semanas asistiendo a 47 funerales de los fallecidos.
Sin embargo, parece que alguien lo escuchó y se impresionó tanto que lo contó a otros y, al final, el cuento llegó a oidos del portavoz del Departamento de Bomberos de Nueva York, Frank Dwyer, quien aseguró que para ese entonces no hubo ningún Jordan Liflander en la nómina de la agencia.
Entonces, Liflander ajustó un poco su historia y dijo que lo que había pretendido era mostrarle a los demás cómo se sintieron los neoyorquinos tras los ataques.
AP intentó comunicarse con el hombre, pero hoy no respondió llamadas.