Tensión entre las dos Coreas por unas maniobras militares del Sur con EE.UU.

Vuelve a dispararse la tensión entre las dos Coreas por las maniobras anuales conjuntas que han iniciado este lunes el Ejército del Sur y las tropas de Estados Unidos que permanecen en el país desde el final de la guerra (1950-53).

Estos ejercicios militares, que se denominan “Resolución clave” y se basan principalmente en la simulación de juegos de guerra por ordenador, se prolongarán hasta el 9 de marzo. Además, del 1 de marzo al 30 de abril, los Ejércitos de Corea del Sur y EE.UU. desarrollarán otras maniobras terrestres, navales y aéreas que, bajo el código “Potro Águila”, también prometen elevar la temperatura en la última frontera que queda de la Guerra Fría.

Tras suceder a su difunto padre, Kim Jong-il, en diciembre, el nuevo caudillo de Corea del Norte, el joven Kim Jong-un, amenazó el fin de semana con responder por la fuerza a estas prácticas militares al revisar dos batallones de artillería justo en la frontera. Precisamente, una de ellas fue la que, según la agencia estatal norcoreana KCNA, “incendió en llamas la isla surcoreana de Yeongpyeong” en noviembre de 2010. Dicho bombardeo, que fue la respuesta a otras maniobras militares y costó la vida a dos soldados y dos civiles surcoreanos, estuvo a punto de provocar una nueva guerra entre ambos países.

“Kim Jong-un ha ordenado una poderosa represalia contra el enemigo si entra siquiera un milímetro en las aguas donde nuestro país ejerce su soberanía”, advirtió la Comisión Nacional de Defensa de Corea del Norte, que volvió a sacar a relucir sus ya habituales amenazas de “guerra santa” contra los “belicistas de Seúl” por lo que consideran una provocación militar.

Este nuevo episodio se une a la tensión creciente desde que Seúl acusó al régimen estalinista de Pyongyang de haber hundido en marzo de 2010 su corbeta “Cheonan”, en la que murieron 46 marineros.

A pesar de las constantes amenazas y rifirrafes, EE.UU. intenta retomar las conversaciones a seis bandas de Pekín sobre el desarme nuclear de Corea del Norte, que incluyen también a Corea del Sur, China, Rusia y Japón. Para ello, el enviado de la Casa Blanca, Glyn Davies se reunió la semana pasada en Pekín con el norcoreano, el viceministro de Exteriores Kim Kye-gwan, y le puso como condición mejorar sus relaciones con Seúl. A través de su representante, Wu Dawei, el régimen chino está presionando a Corea del Norte, su aliado histórico, para que vuelva a la mesa de negociaciones y suavice la tensión en el noreste de Asia.