Irán anuncia la creación de un nuevo drone espía

 

En Irán, el gobierno de Mahmoud Ahmadineyad anunció que comenzará a fabricar un nuevo avión no tripulado, llamado 'Mariposa', que será de uso militar y de vigilancia fronteriza.

El nuevo drone de Irán tendrá capacidad para actuar en un radio de 50 kilómetros desde su base; podrá volar a una altura máxima de casi 5.000 metros durante un tiempo de hasta tres horas y media; y cargar hasta 8 kilos.
La aeronave tiene dos motores cilíndricos y tres cámaras digitales de alta resolución que envían sus imágenes a la base del drone. Entre otras misiones no militares que podría realizar el ‘Mariposa’ está la vigilancia de fronteras, forestal, de carreteras y oleoductos, y la búsqueda, recuperación y transporte de pequeñas cargas.

En junio de 2009 Teherán llevó a cabo pruebas de un avión no tripulado capaz de lanzar ataques contra objetivos terrestres y desarrollado con tecnología furtiva.

En febrero de 2011 se informó que la República Islámica comenzó a fabricar dos aparatos militares Raad y Nazir de gran alcance. A finales del año pasado, el país anunció la creación de otro avión no tripulado, Karrar.

Actualmente, el Ejército iraní dispone de distintos tipos de estos aparatos, todos de fabricación nacional, como Ababil, Mohajer, Saeghe, Zohal, Hod Hod o Talash. La industria militar iraní también trabaja en el drone de combate furtivo Sofreh Mahi.

Como ocurre con la mayoría de los programas militares, USA está muy por delante en el desarrollo de la tecnología de los drones, y se prevé que el país sea responsable del 77% de la I+D y el 69% de la adquisición de dichos aparatos en la próxima década. No obstante, se calcula que en el mundo existen ya entre 44 y 70 países con cierta capacidad en el tema y unos 680 programas de aviones no tripulados, un enorme incremento respecto a los 195 que había en 2005. China está intensificando su programa y tiene al menos 25 tipos de sistemas en desarrollo.

El Pentágono posee ya una flota de unos 7.500 drones, frente a los 50 de hace 10 años. Según un informe del Congreso estadounidense, “los aparatos tripulados han pasado de ser el 95% de todos los aparatos [del Departamento de Defensa] en 2005 a ser el 69% hoy”. Durante la próxima década, el Pentágono prevé que el número de aviones no tripulados “multifunción” –capaces tanto de espiar como de atacar—se multiplique casi por cuatro, hasta alcanzar los 536.

En 2011, la consultora Teal Group calculó que, en todo el mundo, el gasto en drones casi se duplicará durante la próxima década, de US$ 5.900 millones a 11.300 millones anuales. En el futuro, se prevé que los drones sean capaces de sobrevolar justo detrás de los soldados de infantería para guardarles las espaldas, transportar láseres aéreos para interceptar misiles balísticos, repostar combustible en el aire y llevar a cabo misiones de bombardeo estratégico de largo alcance. Dado que los aparatos serán cada vez más baratos, más pequeños, más rápidos, más sigilosos, más letales y más autónomos, es de suponer que podrán hacer lo que quieran. Sus límites serán los que les impongamos los seres humanos, no la tecnología.