La ONU insta al Gobierno de EE. UU. a que devuelva las tierras robadas a los indígenas norteamericanos como una de las medidas "más robustas" para mejorar la situación económica y social en las reservas de indios.
Un investigador especial de Naciones Unidas realizó una visita de 12 días a las poblaciones nativas de indígenas en Arizona, Alaska, Oregón, Washington, Dakota del Sur y Oklahoma, y sus conclusiones han sido negativas.
“En todos los lugares me ha sorprendido el sentimiento de pérdida, aislamiento e indignidad”, señala en un comunicado James Anaya, especialista de la ONU para los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Anaya relaciona la pobreza de los pueblos indígenas con la pérdida de sus tierras a principios del siglo XX, a menudo siendo víctimas de una estafa. Por eso el especialista reitera la necesidad de que el Gobierno de EE. UU. promueva programas de devolución de terrenos a las tribus.
Por otro lado, los indígenas estadounidenses sufren discriminación social en el ámbito laboral y en el educativo. De este problema también son responsables los medios de comunicación de masas, que crean una imagen negativa de esta minoría étnica, según lamenta Anaya.
Cerca de un millón de personas viven en las 310 reservas de los indios y sus ingresos per cápita son de unos 7.000 dólares al año, seis veces menos que el promedio del país. La esperanza de vida es de 50 años y se registra uno de los más altos números de suicidios (también entre adolescentes) de todo EE. UU.
La conclusión a la que llega el enviado de la ONU es que existe una falta de reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en EE. UU.
El fin de la visita de Anaya se produce antes de que el lunes arranquen en la sede central de la ONU en Nueva York las sesiones del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas.
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