A la leona Kya, del zoo de Portland, debió de abrírsele el apetito al ver a un niño pequeño que, según le parecía, estaba al alcance de sus dientes.
Pero, afortunadamente, no tuvo la oportunidad de saciarlo. Una pared transparente que separa a los animales de los visitantes del zoológico no le dejó clavar sus dientes y sus garras.
No obstante, parece que a la leona le costó entenderlo, ya que permaneció un largo rato rasgando la pared y abriendo su boca tratando de agarrar al niño.
Por lo visto, los padres del pequeño, que grabaron el incidente en vídeo, en ningún momento pensaron que su hijo corría peligro. En el video se puede escuchar sus comentarios y sus risas. Incluso llegan a pedirle al niño: "Di 'hola, gatito".
No obstante, a uno se le ponen los pelos de punta con solo imaginar qué podría haber pasado si la pared se hubiera roto.
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