"Somos conscientes de que la gente que entra en Israel habrá tenido un pasado muy duro, por decirlo suavemente, pero aun así, el hecho es que violaron la ley. La legislación les califica de infiltrados. La Policía no distingue entre alguien que se infiltra en la frontera israelí y alguien que agrede a una anciana en una estación de buses. No hay diferencia", insistió el martes el jefe de la División de Investigaciones, Eran Kamin, al presentar un informe al respecto ante un comité de la Knéset (el Parlamento israelí).
En su comparecencia el martes ante la Knéset, Kamin admitió que la Policía sí abre causas penales por infiltración cuando un migrante africano cruza la frontera israelí y puntualizó que la apertura de una causa no lleva a formulación de cargos. Según interpreta 'Haaretz', de este modo Kamin confirmó que las causas se abrían exclusivamente para recoger muestras de ADN legalmente. Kamin comunicó, además, que hasta ahora las pruebas de ADN recogidas no han servido para resolver ningún crimen cometido en territorio israelí.
"Es un uso cínico de la Ley de prevención de infiltraciones destinado a incriminar a una etnia específica. Contradice la Convención de la ONU sobre el estatuto de los refugiados que estipula explícitamente que una infiltración no puede considerarse un delito", opina Alva Kolan, de la Asociación de Derechos Civiles en Israel, según recoge 'Haaretz'. "Si necesitan las muestras de ADN, deben recogerlas de todos", insiste, a su vez, Oscar Olivier, un abogado que suele presentar los intereses de refugiados políticos.
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