Acciones en otros tiempos inimaginables sacuden a estas instituciones que de alguna forma eran respetadas por la delincuencia, señala el medio, tras recordar que una veintena de pastores han sido asesinados en los últimos tres años.
Matar a un paciente dentro de una ambulancia, pasar factura por impuesto de guerra en una escuela, asesinar a un pastor evangélico, saquear un templo católico, herir a un sacerdote, amenazar a los bomberos, son fronteras que los criminales ya cruzaron en Honduras, refiere.
El sitio digital advierte, además, que esa zozobra también se ensancha en las casas de los hondureños, quienes ya no pueden soportar las extorsiones y han comenzado a vender o alquilar sus viviendas bajo el argumento de la inseguridad.
De acuerdo con el sociólogo Marco Tinoco, hay varios factores que determinan el hecho de que la violencia haya crecido, pero en general, es el resultado de la debilidad de las instituciones y del Estado, así como del aumento de la impunidad.
Ese clima afecta a instituciones como el Cuerpo de Bomberos, pues a nivel nacional se reportan varios lugares a los cuales el personal de rescate y socorro no puede ingresar debido a amenazas contra su seguridad.
Por su parte, el portavoz de la Cruz Roja Hondureña, Alejandro López, comentó sobre varios ataques sufridos por ambulancias de ese organismo, cuando víctimas de atentados han sido rematadas por sicarios dentro de las propias unidades de auxilio.
Asimismo, el director del Instituto Técnico Honduras, Nelson Cálix, llamó al ministro de Educación, Marlon Escoto, al de Seguridad, Arturo Corrales, al presidente del país, Porfirio Lobo, y a todas las autoridades, a hacer algo para que los centros educativos tengan seguridad.
Según dirigentes del gremio de maestros, en las escuelas se perdió la gobernabilidad y ahora las reglas del juego las imponen personas desde afuera, pues además de los robos, asaltos y presencia de vendedores de droga, se ha sumado el delito de la extorsión o cobro del impuesto de guerra.
Lamentablemente el país está en un caos social en el que la población ya no sabe qué hacer y contempla impávida la recogida a cada rato de un cadáver más, consideró el representante regional del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en San Pedro Sula, Hugo Maldonado.
El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras registró hasta el 30 de mayo del presente año tres mil 973 muertes violentas en el país, lo que equivale a 20 homicidios diarios.
