El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés), de manera secreta, ha calificado como “organizaciones terroristas” a todas las mezquitas, en medio de la insistencia de las organizaciones pro derechos civiles de que las prácticas del NYPD son inconstitucionales.
Mediante esta denominación, se permite a la policía usar agentes encubiertos e informantes para grabar sermones y espiar a los imanes, a menudo, sin existencia de pruebas concretas de actos delictivos, por lo que cada persona que asista a estos centros islámicos corre el riesgo de convertirse en un potencial sujeto de las investigaciones antiterroristas.
Según la Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) estas prácticas de espionaje son ilegales, ya que de esta forma los asistentes a los servicios religiosos son el blanco de las investigaciones y la vigilancia continuas.
Por su parte, el NYPD rechaza hacer cualquier comentario al respecto.
A principios de junio, un grupo de musulmanes estadounidenses presentó una demanda ante el Tribunal de Distrito de Newark, en la que exigían a la Policía de Nueva York poner fin al seguimiento de los ciudadanos que profesan el Islam, calificándolo como un signo de discriminación.
