Ya no cabe ninguna duda de que el Papa Francisco ha llegado para hacer realidad un proyecto de Iglesia alternativo. Sus últimas declaraciones durante su gira latinoamericana ha hecho temblar a los sectores más conservadores del Vaticano.
Las contundentes declaraciones del pontífice sobre la necesidad de laicidad en los Estados, el rechazo a juzgar a los homosexuales o su insistencia en que la clase eclesiástica debe dar ejemplo con una vida sobria y austera ha preocupado a los antiguos sectores de poder del Vaticano, relata el diario El País.
La curia ultraconservadora, contraria a todo cambio en la Iglesia, fue descubierta en plena batalla con el escándalo de la filtración de documentación confidencial que supuso el llamado 'caso Vatileaks'.
Son estos sectores los que más temen el proyecto alternativo que emprende el jesuita Francisco, de quien se espera acometa una reducción de secretarios y funcionarios eclesiásticos que componen la complicada estructura del Vaticano.
"El secretario de Estado Tarcisio Bertone y ciertos cardenales italianos saben que su época se acabó", afirma un experto del diario La Repubblica en asuntos del Vaticano.
El otro problema que pretende erradicar el papa Francisco es el del Banco Vaticano, sobre el que ha pedido una investigación. El pontífice baraja varias alternativas sobre una entidad que no ha escapado al escándalo ni a las sospecha de corrupción. Entre ellas, el propio cierre de este organismo financiero.
RT |