El fallecido sufrió quemaduras en un 30 % de su cuerpo mientras intentaba salvar el vehículo que conducía en un fuego declarado el jueves pasado en Valença, municipio fronterizo con Galicia (España).
El Gobierno portugués lamentó hoy su muerte y reiteró el apoyo al cuerpo de bomberos ante una dura oleada de fuegos que este jueves remitió notablemente por la bajada de las temperaturas.Además, el Ejecutivo activó un mecanismo de ayuda de emergencia dirigido a los municipios más afectados por las llamas para cubrir los daños ocasionados.El ministro de Administración Interna, Miguel Macedo, comparó las condiciones meteorológicas de este verano con las de los años 2003 y 2004, el primero de ellos el peor de la década para Portugal en lo referente a hectáreas forestales quemadas.Macedo destacó que hubo más de 7.000 incendios en agosto y se realizaron servicios aéreos en un número "anormalmente alto".El Parlamento portugués se pronunciará la próxima semana en un voto de condolencias por las muertes de los bomberos y propondrá un debate amplio sobre el combate a los incendios.Hasta el momento, tres de las siete víctimas fueron jóvenes voluntarios, de entre 19 y 24 años, que combatían las llamas en uno de los peores incendios de la temporada en la sierra de Caramulo, donde ardieron 10.000 hectáreas.Según datos oficiales, en lo que va de año se calcinaron cerca de 94.000 hectáreas de masa forestal, un 25 % más que en el mismo periodo de 2012.Las fuerzas de seguridad portuguesas detuvieron este año más de 50 personas como sospechosos de provocar fuegos, la mayoría de ellos durante este verano.