Juan exhortaba a los creyentes a poner a prueba los espiritus para comprobar si eran de Dios (1 Juan 4:1-3) En igual sentido Pablo aconsejaba a los tesalonicenses (1 Tesalonicenses 5:21).
A medida que Dios manifiesta su poder, Satanas hara todo lo posible para destruir la obra de Dios, de modo que se hace imprescindible el discernimiento, unido a la enseñanza de las Sagradas Escrituras.
El discernimiento de espíritu figura como uno de los dones en la lista indicada por el apóstol Pablo (1 Corintios 12:10).
Pero también Satanas tiene el poder para obrar milagros. Por eso es necesario juzgar tanto la doctrina como el fruto en la vida que se esconde tras una declaración o milagro.
De ser posible Satanas engañara aun a los escogidos (Apocalípsis 13:13-15; Marcos 13:22)
El espíritu humano tambien puede mostrarse activo en este aspecto. No se trata aquí de hacer milagro, puesto que el espíritu del hombre carece de ese poder, pero puede provocar confusión en el ambito de las declaraciones profeticas.
En realidad, este problema es probablemente mas común que las falsas profesias de origen demoníaco. Ezequiel menciona ciertos profetas que profetizaban de acuerdo a sus propios espíritus Ezequiel (13:1-3)
El nuevo Testamento establece una clara distinción entre el espiritu del hombre y el Espiritu de Dios. Cuando Pablo declara que los espíritus de los profetas estan sujetos a los profetas (1 corintios 14:32) no se refiere al Espíritu Santo sino al espiritu humano de los profetas.
El Espíritu Santo utiliza al espiritu humano como vehículo. Tambien dice Pablo que el profeta tiene que discernir respecto de lo que es edificante para la iglesia y debe sujetar su propio espiritu al bien del todo.
¿Como discernir los Espíritus? Y al llegar a este punto nos parece conveniente dar énfasis al hecho de que Pablo coloca el señorio de Jesuscristo como la base para todas las manifestaciones de los dones del Espíritu Santo que enumera en los versículos que siguen a continuacion (1 Corintios 2:3)
Hay quienes están mas intersados en los dones del Espiritu santo, que en las experiencias básicas cristianas de la vida. Hemos conocido a personas de quienes había serias dudas que hubieran experimentado un nuevo nacimiento espiritual, pero que se mostraban muy interesados en los dones.
En la primera epístola de Juan tenemos mas instrucciones respecto a los espiritus malignos y a la forma en que pueden ser identificados (1 Juan 4:1-4.) Declara que todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios. Trajo esto a colación debido a una herejia popularizada que negaba la encarnación del Hijo de Dios, que sostenia que la materia era maligna y por lo tanto Dios no podía ser identificado con la materia.