Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. (Lucas 14:33).
William MacDonald en su libro "El verdadero discipulado" escribió:
Para ser discípulo del Señor Jesús, hay que renunciarlo todo. Este es el sentido inequívoco de las palabras del Señor. No importa cuantas objeciones pongamos a tan extremada demanda ni cuanto nos rebelemos ante regla tan importante e imprudente. Prevalece el hecho de que esta es la Palabra del Señor y que quiere decir exactamente lo que dice.
Dijo Jesús: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo...
Wesley afirmó: hacerse tesoros en la tierra está claramente prohibido por nuestro Señor como el adulterio y el asesinato.
Dijera Jorge Muller: El mal comienza cuando el siervo procura tener riquezas, grandeza y honra en este mundo donde su Señor fue pobre, humilde y despreciado.
¿Conoces a alguien que haya puesto en práctica estas palabras de Jesús?.