Desaceleración del Sistema solar


Un grupo internacional de científicos concluye que la velocidad del sistema solar disminuye en relación con el gas que llena el espacio interestelar.
Los investigadores llegaron a esta conclusión tras analizar los datos recabados por el satélite IBEX (Interstellar Boundary Explorer), que fue lanzado en octubre de 2008 y que gira alrededor de la Tierra en una órbita elíptica con un apogeo de 300.000 kilómetros.
La sonda registra las partículas que penetran en la heliósfera, la región espacial que se encuentra bajo la influencia del viento solar y su campo magnético. En particular, capta los átomos neutrales del helio que logran entrar en la heliósfera porque no están cargados y no sufren la influencia del campo magnético.
Estas mediciones mostraron que en 2009-2010 la velocidad del sistema solar en el espacio interestelar fue de 22,8 kilómetros por segundo. Sin embargo, datos semejantes obtenidos en 1993 por el aparato cósmico Ulysses mostraron que la velocidad era de 26,3 kilómetros por segundo.
Según Vladislav Izmódenov, especialista del Instituto de estudios cósmicos (IKI, según sus siglas en ruso) que participa en el análisis de los datos del IBEX, los investigadores intentan entender la causa de esta ‘desaceleración’ del Sol en el espacio interestelar. Actualmente varios equipos científicos trabajan para resolver el enigma.
Los científicos no descartan que la diferencia de velocidad pueda deberse a que el sistema solar se encuentra actualmente en una región de la galaxia donde el medio interestelar (contenido de materia y energía que existe entre las estrellas dentro de una galaxia), es diferente de la de la región donde nuestro astro se encontraba hace 19 años.
Muchas de las cuestiones que plantean los resultados del análisis de los datos de IBEX, podrían ser resueltas por las sondas Voyager-1 y Voyager-2, lanzadas en 1977. El primero alcanzó el pasado mes de diciembre el último límite del sistema solar, en la denominada región de estancamiento, en la capa mas exterior de la burbuja que rodea nuestro sistema solar. El grosor de esta capa fina se desconoce, y por eso los astrónomos no pueden predecir cuándo el aparato alcanzará el espacio interestelar.