El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, afirmó en la Asamblea Plenaria del Episcopado que el caso Karadima “es un tema cerrado”, tras disolver la Unión sacerdotal del Sagrado Corazón, orden que dirigía el ex párroco de El Bosque.
Ante estas declaraciones, las víctimas enviaron una carta abierta al diario La Segunda en donde afirman que “el actuar de la jerarquía de la Iglesia chilena, sobre todo del arzobispo de Santiago, que hoy preside monseñor Ezzati, no fue diligente sino hasta el momento en el que las víctimas de Karadima tuvimos que exponer nuestros casos públicamente y hacer una acusación ente la justicia chilena, con enorme costos para nuestras vidas”.
En la misiva los denunciantes agregan que “la negativa de la iglesia chilena de establecer las medidas preventivas mínimas a partir de la información con la que ya contaban gracias a la investigación de monseñor Eliseo Escudero, hace pensar que son cómplices de los abusos que fueron cometidos”.
La carta finaliza afirmando que “los casos de abuso sexual no se superan con una declaración, sino con justicia y actos de reparación. Es eso lo que la sociedad, la justicia, los fieles católicos y sobre todo las víctimas de abuso sexual por parte de distintos miembros del clero, y del cómplice encubrimiento por parte de la jerarquía, esperan de su iglesia y sus pastores”.