El cálculo conspiracionista es simple: más de la mitad de la población mundial se encuentra refugiada en las grandes ciudades por ende, ante un eventual plan de engaño masivo a la humanidad simulando el Armagedón, los efectos de las catástrofes deberán verse sobre estas aglomeraciones para tener mayor efecto.
Ese postulado podría ser tranquilamente uno de los razonamientos que llevan a pensar (y sostener) a muchos "teóricos" de la web que un plan gigantesco de simulación del apocalipsis está a punto de desencadenarse. El plan en cuestión se enmascararía detrás del llamado Proyecto Blue Beam, denunciado por el periodista Serge Monast, quien murió de manera sospechosa a poco de haber lanzado su denuncia.
Sumados ciertos factores, la idea de que un engaño masivo está en marcha tiene diferentes aristas: el uso de los medios de comunicación para la propagación de la idea de catastrofe generalizada, el uso de armas geofísicas y la ingeniería climática (HAARP, bombardeo de tormentas, chemtrails, etc), la propagación de cultos apocalípticos como las sectas new age y de interpretación del calendario maya y una constante amenaza de enfrentamiento global termonuclear entre las mayores pótencias.
Todas estas aristas son facilmente identificables por la población. Desde el año 2004, cuando un gigantesco tsunami en las costas del Océano Índico se llevó la vida de más de 200 mil personas y causó pérdidas multimillonarias, las catástrofes masivas no dejan de aparecer en los titulares, todos los años sin excepción, casi como si se tratara de la proyección de temporadas de una serie de televisión.
Y la amenaza publicada en los medios parece ir in crescendo en lo que va de los últimos 8 años. Primero fue un tsunami que inundó casi practicamente las costas de todo el Océano Pacífico. Inmediatamente después apareció un huracán que destruyó Nueva Orleans, en USA. Y luego la "temporada" de terremotos gigantescos, como el de Haití o Chile, que más tarde evolucionó en una de las mayores catástrofes de la historia de la humanidad: terremoto más tsunami más explosión nuclear destruyendo y contaminando buena parte de el archipiélago de Japón. Visto en perspectiva, la cronología de los hechos parece evidente como si estuviera programada para hacer pensar que el mundo está colapsando.
Sumado a esto, la atención que acaparan las explosiones solares y su influencia sobre el llamado cinturón de Fuego del Pacífico, también presenta como amenaza constante la explosión de volcanes, como ha sufrido la Argentina con los volcanes chilenos. Terremotos, tsunamis, huracanes y volcanes en erupción ha habido siempre, así que la denuncia de los conspiracionistas cae aquí en el tipico problema del "huevo o la gallina": ¿es primero el plan de engaño o las cosas suceden y son reinterpretadas con cierta finalidad posterior? La respuesta parece no tener importancia, dado que el resultado es el mismo y la humanidad vive sumida en el temor.
Cierto es que la crisis financiera (aparentemente programada) está llevando a las potencias a fricciones que podrían desencadenar en un enfrentamiento global masivo entre las occidente y las potencias emergentes. A los frentes en Irán y Corea del Norte podrían sumarse enfrentamientos por recursos en África (Congo por el Coltán, por ejemplo) y América Latina por los recursos.
La misma crisis financiera habría sido artífice de la falsa pandemia que en 2009 aterrorizó a medio mundo. El apuntalamiento de las acciones de los grandes laboratorios mediante un incremento de sus ventas (y por ende, su valor como compañías en el mercado) fue un paso indispensable para sostener una economía que se derrubamba inexorablemente.
La suma de peligros, obviamente, mantiene a la población con miedo: las amenazas se ciernen por todos lados y ya practicamente ningún lugar es seguro. Así el florecimiento de cultos alternativos que esperan la llegada de extraterrestres salvadores, alguna clase de mesías redentor o mismo grupos apocalípticos que comienzan a armarse o a retirarse a lugares apartados es cosa del día a día. Las sectas new age ofrecen una explicación sobre lo que pasa en la Tierra y, sigiendo la lógica conspiracionista, preparan a las personas para asimilar un cambio rotundo y violento que devendría en un nuevo gobierno mundial totalitario.
En USA fue noticia a principios de semana el comienzo de la "temporada de tornados" en el centro y sur del país. Según los reportes periodísticos, la temporada comenzó con todo: de Illinois a Texas se registraron ya docenas de tornados y sólo en Dallas se registraron más de 18 el fin de semana pasado.
"Estamos al comienzo de una temporada sumamente inusual de tornados", dijo el presentador del clima de la NBC Al Roker en el programa Today esta mañana. Los números muestran que tan inusual es la situación: sólo en marzo de este año se registraron 223 tornados, muy por encima del promedio de 80 para ese mes en el período de 1991 a 2010. En Febrero se detectaron 63, también muy por encima de los 29 habituales. En enero, los 97 de este año fueron mucho más que los 35 del promedio. Los datos del Servicio Nacional del Clima de USA son concretos: hay un evidente incremento.
La explicación oficial está en el calentamiento global, otra de las aristas que impulsarían la idea de engaño masivo. Tras el fracaso de la cumbre climática de Copenahgue, Dinamarca, en la que el mismo Al Gore debió suspender su presentación por el estallido del Climagate (se publicaron miles de mails que demostraban la manipulción de datos del cima para estudios de calentamiento global); el calentamiento global de origen antropogénico fue reemplazado por nada y algunas teorías hablan de la acción del sol como responsable de la situación.
En USA, grupos de activistas que denuncian este supuesto plan masivo, predicen tornados con asombrosa precisión previendo el uso del HAARP para desencadenar catástrofes. Los videos proliferan en la web.
Es en este marco en que puede interpretarse el tornado que anoche azotó a Buenos Aires. Si bien suena descabellado, teniendo en cuenta que Buenos Aires es una ciudad que supera la decena de millones de habitantes y concentra casi a la mitad de la población del país, un tornado es ideal a los fines del supuesto plan.
Las repercusiones mediáticas no tardarán en asociar la catástrofe al calentamiento global ni estarán ausentes de una relación con los tornados en USA pero... ¿puede ser que el mismo HAARP que denuncian que se usa sobre el centro de USA haya sido usado sobre Buenos Aires?
La respuesta, obviamente, quedará en manos de los teóricos de la conspiración pero, por lo pronto, no deja de sorprender lo inusual de la tormenta que anoche arrasó la ciudad dejando 13 personas muertas, más de 20 heridos y cerca de 500 evacuados.