El primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, no descarta la posibilidad de que su Gobierno adquiera, de manos de sus propietarios privados, algunos islotes del archipiélago Senkaku (sur), que Japón se disputa con China, informaron hoy varios medios locales.
El comentario se produjo después de que el gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, dijera ayer en Washington que el Gobierno Metropolitano de la capital nipona negocia para su compra con el dueño particular de tres de las ocho islas del archipiélago. Ishihara, conocido por sus comentarios polémicos y poco diplomáticos, consideró que el continuo envío de pesqueros por parte de Pekín a las cercanías de estos islotes "está a medio camino de una declaración de guerra" y aseguró que quiere que el Gobierno central "ataje el asunto de manera firme".
Los planes del gobernador de Tokio recibieron las críticas de China, que señaló que toda acción tomada por la parte nipona en el archipiélago sería "ilegal e inválida". Preguntado por la posibilidad de que Japón nacionalice el suelo de las disputadas islas, administradas en la actualidad por la provincia nipona de Okinawa, Noda dijo hoy en una sesión parlamentaria que su Ejecutivo no descarta tal opción.
"Nos gustaría considerar todas las posibilidades, mientras esclarecemos plenamente cuáles son las intenciones de los actuales propietarios", dijo, citado por la edición digital del diario Nikkei. Noda explicó que el Gobierno central "tomará una decisión con calma tras recopilar información variada", incluida "cuáles son las verdaderas intenciones" de Ishihara, señaló.
Recursos en disputa
Las islas Senkaku, conocidas como Diaoyu en China, son un archipiélago deshabitado con grandes recursos marinos y energéticos situado en el Mar de la China Oriental, y su soberanía también es reclamada por Taiwán.
Uno de los incidentes más graves en torno a la disputa tuvo lugar en septiembre de 2010, cuando Japón detuvo en la zona al capitán de un pesquero chino, Zhan Qixiong, que aparentemente chocó de manera deliberada contra dos patrulleras de la guardia costera nipona que le dieron el alto. Tras quince días arrestado y ante las protestas de Pekín, Qixiong fue devuelto a China, al tiempo que la Fiscalía encargada del caso decidió no imputarle ningún cargo.
ABC