Insomnio, apnea, somnolencia diurna y sonambulismo que a la larga derivan en problemas de salud, bajo rendimiento laboral y aumentan el riesgo de accidentes, son algunas de las consecuencias de la afección.
Dormir es una función esencial del organismo y un proceso complejo, que ocupa un tercio de la vida de las personas. Impacta desde el nivel molecular, hasta la conducta, por lo que hacerlo bien es fundamental para la salud, explicó la especialista María Corsi.
La falta de descanso nocturno repercute en el rendimiento laboral, el estado de ánimo y la calidad de relaciones personales. La privación de la fase MOR (Movimiento Ocular Rápido) afecta las reacciones emocionales y las funciones ejecutivas del cerebro, comentó.
Dijo que estos trastornos tienen un impacto negativo sobre el peso corporal, la tolerancia a la insulina, y los sistemas cardiovascular y respiratorio, entre otros. Por ello, es tan importante como beber o comer.
La responsable del Laboratorio del Sueño de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) añadió que en actualidad existe una tendencia a reducir las horas de descanso por cuestiones laborales o de diversión, lo que redunda en una deuda de sueño.
El sueño es el estado de quietud y reposo en el que el cuerpo descansa, restaura muchas funciones fisiológicas, recupera energía y ocurren procesos de crecimiento celular, indicó un boletín de la UNAM.
También a través de esta función fisiológica del organismo el sistema nervioso central organiza toda la información de la experiencia que se vivió durante el día para integrarla a la memoria.
El ciclo normal de sueño, integrado por cinco etapas, dura entre 1,5 y dos horas, repitiéndose de cuatro a seis veces por noche.
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