Unos 483 mil cubrebocas fueron repartidos hasta hoy en siete delegaciones de la Ciudad de México como medida preventiva por la caída de ceniza del volcán Popocatépetl.
Alrededor de 222 brigadas de la Secretaría de Salud en la ciudad recorrieron ayer las delegaciones Iztacalco, Iztapalapa, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, Venustiano Carranza y Xochimilco para repartir el aditamento.
También se entregaron trípticos con recomendaciones para prevenir enfermedades o malestares por la presencia de la ceniza volcánica, en especial en menores y adultos mayores.
Ante la eventualidad, el Gobierno del Distrito Federal instrumentó un plan estratégico que incluye además la habilitación de una red de 32 hospitales y más de 220 centros de salud preparados para recibir a los pacientes que pudieran necesitar atención a consecuencia de la inhalación del polvo.
Don Goyo, como se le conoce popularmente a este coloso ubicado en el centro de México, incrementó su actividad el pasado 2 de mayo y se mantiene el nivel de alerta en amarillo fase tres.
El incremento de esta actividad del Popocatépetl podría ser resultado de los recientes temblores de tierra ocurridos en el país, afirmó Carlos Valdés, jefe del Servicio Sismológico Nacional.
Existe una condición previa de actividad en el coloso, pero los movimientos telúricos pudieron aumentar sus exhalaciones, como se observó con el ocurrido el 20 de marzo, dijo Valdés en entrevista radiofónica.
Incluso estimó que no solo podrían influir los terremotos acontecidos aquí sino en otros puntos del planeta, como el que se suscitó en Sumatra el 11 de abril, con magnitud de 8,6 grados en la escala de Richter.
El experto precisó que esta correlación entre los movimientos de la tierra y la actividad volcánica se registró el 15 de junio de 1999 cuando se produjo un evento sísmico de casi 7,0 grados en Tehuacán, Puebla.
Dijo que a los dos días de ese movimiento telúrico el coloso presentó 35 sismos volcanotectónicos, lo que "no se había observado en todo el monitoreo anterior", añadió.
Valdés aclaró que eso no sucedió con el terremoto de 1985, porque el también conocido como Don Goyo "se encontraba en una etapa de reposo, condición muy diferente a la que se tiene desde el 21 de diciembre de 1994, cuando se reactivó con una explosión que produjo gas y ceniza".
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