Los médicos del Hospital Oftalmológico de la Universidad de Oxford y del King's College Hospital de Londres (Reino Unido) Robert MacLaren y Tim Jackson pusieron detrás de la retina de los pacientes un microchip de menos de tres milímetros. Esta retina electrónica, elaborada por la compañía alemana Retina Implant, funciona de la misma manera que un ojo natural y convierte la luz en impulsos eléctricos que el cerebro es capaz de reconocer. Antes otros implantes de retina también habían logrado recuperar la vista, pero para hacerlo utilizan una cámara externa.
Los dos pacientes, Chris James y Robin Millar, que perdieron la visión a causa de retinitis pigmentosa, una enfermedad degenerativa, que provoca ceguera permanente, señalan que unas semanas después de la operación ya empiezan a ver formas y detectar de dónde procede la luz.
"Ahora puedo ver las líneas curvas y rectas cercanas. De lo que se trata de los objetos alejados es más difícil de distinguir. Pero puede ser que es muy pronto ya que mi cerebro debe aprender a interpretar las señales del chip", comenta Chris James.
“Por primera vez en los últimos 25 años yo soñé en colores vivos. Parece que una parte de mi cerebro que estaba dormida se despierta ”, comenta Millar.
El cirujano Tim Jackson indica que el tratamiento se encuentra en sus primeras etapas. En caso si todos los ensayos son satisfactorios, la nueva tecnología podría ser aplicada en el futuro para tratar otras formas de ceguera.
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