El Gobierno de Londres puso en marcha desde el lunes el proyecto de recortes a las prestaciones sociales, pese a la ola de críticas.
El plan ‘impuesto del dormitorio’ (bedroom tax), presentado por el Ejecutivo del primer ministro, David Cameron, tiene previsto reducir en un 14 % las ayudas a los inquilinos que habiten en una vivienda con una de sus habitaciones desocupadas, y un 25 % en el caso de que existan dos o más, lo cual afectará a más de 600 mil personas en todo el país.
Este paquete establece, por primera vez, el pago del impuesto municipal que deberán hacer las familias más pobres, del cual estaban exceptuadas hasta ahora.
La oposición y las organizaciones de defensa de derechos civiles han rechazado en reiteradas ocasiones los planes del Gobierno de aplicar injustas medidas de austeridad para afectar a los más vulnerables.
Se calcula que los recortes sociales que entran en vigor esta semana y que reducen además las ayudas a la vivienda a las prestaciones de los minusválidos o a la alimentación supondrán un ahorro al erario público de 18.000 millones de libras (21.000 millones de euros).