"Jesús no es un misionero aislado, no quiere cumplir con su misión solo, sino que involucra a sus discípulos," dijo el Papa en el Ángelus, citado por El Vaticano hoy.
"Él llama a otros 72, y los envía a los pueblos, de dos en dos, para anunciar que el Reino de Dios está cerca", dijo Francisco, compartiendo el Evangelio de Lucas.
"¡Esto es muy hermoso! Jesús no quiere actuar solo. Él ha venido a traer al mundo el amor de Dios y quiere extender ese amor con un estilo de comunión y fraternidad. Por esta razón, se forma inmediatamente una comunidad de discípulos, que es una comunidad misionera ".
El Papa agregó, sin embargo, que "el propósito no es para socializar, para pasar tiempo juntos. No, el propósito es proclamar el Reino de Dios, y esto es ¡urgente! No hay tiempo que perder en una pequeña charla, no hay necesidad de esperar por que el consentimiento de todos - no, es sólo la necesidad de salir y proclamar ".
La paz de Cristo ha de ser llevada a todo el mundo, Francisco subrayó, "y si algunos no lo reciben, entonces seguir adelante. A los enfermos se trajo la curación, porque Dios quiere sanar al hombre de todos los males."
Mientras que a los fieles se les ha dado el poder para derrotar al maligno, el Papa añadió: "no debemos jactarnos como si fuéramos los protagonistas: el protagonista es el Señor [y] su gracia."
La alegría de los fieles, dijo, es sólo "ser sus discípulos, sus amigos."
Después de su elección en marzo, Francisco dijo a los cardenales que la Iglesia Católica no debe llegar a ser más que otro grupo de caridad sin su misión divina, instando a que deben atenerse a las raíces evangélicas de la fe y resistir las tentaciones modernas.
Cuando se dirigió a los medios de comunicación por primera vez, el Papa recordó a los católicos que Jesús, no el Papa, está en el centro de la Iglesia, de la que dijo que debería ser "pobre y para los pobres."
El Papa ha exhortado a los líderes de la iglesia a no ceder al desaliento, la amargura o el pesimismo, sino para mantenerse centrados en su misión. "Nunca nos rendimos al pesimismo, a la amargura, que el diablo pone ante nosotros todos los días. No dejemos en el pesimismo y el desánimo", dijo a los cardenales que lo eligieron.
El Papa también nombró a un grupo de ocho cardenales que le ayudará a traer cambios en la administración de la iglesia, que ha estado plagada de escándalos.
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