La situación de las musulmanas en España.Actualmente no disponemos de estudios de campo específicos que nos permitan manejar datos objetivos sobre la situación de las musulmanas en España, aunque sí existen algunos en el ámbito europeo, cuyas conclusiones podemos extrapolar en parte a nuestra realidad.
En ese sentido, podemos afirmar que, lejos de la visión monolítica y estereotipada vehiculada por los medios de comunicación, la tipología de las musulmanas europeas es heterogénea. En su mayoría, se identifican como europeas, desean emanciparse dentro de la tradición musulmana y reivindican los valores democráticos como propios.Por otro lado, sufren una triple discriminación: como mujeres, como musulmanas y, algunas, como inmigrantes. Esto es, comparten las discriminaciones que sufren las mujeres en general, víctimas del sistema patriarcal, a lo que se añade su condición de mujeres pertenecientes a una minoría religiosa, cuyos derechos son vulnerados tanto a nivel institucional como laboral, etc. Podemos constatar que hay una mayoría de musulmanas inmigrantes; sin embargo, este dato sociológico no debe hacernos caer en una amalgama: una musulmana no es necesariamente una mujer inmigrante, ni viceversa, aún si proviene de un país de mayoría musulmana.El auge de la islamofobia es una realidad en toda Europa. Organizaciones como Amnistía Internacional han exigido que los gobiernos europeos combatan los estereotipos negativos y los prejuicios contra los y las musulmanas, que alimentan la discriminación.Es preocupante el ascenso de partidos políticos y grupúsculos abiertamente racistas, xenófobos e islamófobos, al amparo de una crisis económica y social que favorece la búsqueda frenética de cabezas de turco, por lo que se deben dedicar más esfuerzos a la protección de los derechos fundamentales.En junio de 2012, la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa pidió a los Estados miembros del Consejo de Europa que pusiera en práctica una serie de medidas positivas que contribuyeran al empoderamiento de las musulmanas. Como medidas clave para sensibilizarlas en sus derechos y ayudarlas a realizarse plenamente, propusieron que los Estados invirtieran en educación, fomentaran las redes y la participación social y pública, y que acompañaran a las musulmanas en su desarrollo profesional.En el caso español, se está dando un aumento del tejido asociativo: se han multiplicado las asociaciones de musulmanas que intentan dar respuesta a las propias necesidades, pero hay una falta de continuidad debido al escaso apoyo institucional y de su propia comunidad.Esa mayor implicación en el ámbito asociativo ha permitido que ocupen poco a poco espacios de decisión y que se visibilicen las reivindicaciones de las musulmanas. Prueba de ello es el nombramiento de una mujer como vicepresidenta de la Comisión Islámica de España, por primera vez desde su creación.A todo ello hay que sumar la labor de sensibilización y de producción de pensamiento en torno al feminismo islámico que ha llevado a cabo en España una entidad local (Junta Islámica Catalana) a través de cuatro congresos internacionales y que han sido un referente en todo el mundo.A pesar de los obstáculos a los que se enfrentan las musulmanas, es necesario que sigan trabajando por sus derechos, que luchen codo con codo con otras mujeres y que apuesten por un cambio de postura: de la victimización al activismo creativo.
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