Manifestación en contra de la limpieza étnica que pretende realizar Israel

Los manifestantes se reunieron cerca de la aldea de al-Arakib donde las fuerzas israelíes de ocupación han demolido las tiendas y casas más de 50 veces.

Un reportero de la agencia Ma’an en el Negev, informó que la policía israelí se desplegó en la zona para tratar de impedir que los manifestantes se acercaran a la carretera principal.
Los manifestantes coreaban consignas contra el "plan racista" mientras agitaban banderas palestinas.

El periodista añadió que cientos de los beduinos desplazados comenzaron a regresar a sus aldeas a primera hora de la mañana de este jueves.

El ex miembro árabe del Knesset, Talab al-Sani, informó que la policía israelí se comportó en forma provocativa e impidiendo a los manifestantes acceder a la aldea. Activistas solidarios, residentes locales y extranjeros, han ayudado a los residentes de al-Arakib a reconstruir sus carpas y sus casas cada vez que las fuerzas israelíes de ocupación han demolido la aldea.

Un abogado que se sumó a la manifestación, Shihdeh Ben Berry, dijo a Ma’an que sólo había un objetivo detrás de la protesta y manifestaciones similares, el cual era frustrar el Plan Prawer. "El pueblo de Israel sufrió en el pasado por los nazis, y en la actualidad ese sufrimiento se está reflejando en las minorías palestinas que sufren lo mismo y aún más."

Destacó que el Plan Prawer aún no había sido aprobado ", y en caso de aprobación, un grupo de simpatizantes palestinos de los derechos humanos y expertos legales se quejará ante el Tribunal Superior de Justicia."

La llamada Ley Prawer-Begin pide la reubicación de 30.000 o 40.000 beduinos, la demolición de unas 40 aldeas y la confiscación de más de 700.000 dunums de tierra en el Negev.

El informe fue aprobado por el gobierno de Israel en el mes de enero y por el parlamento en la primera lectura, en el mes de junio, y se espera dos votaciones más.

Navi Pillay Jefa de derechos humanos de las Naciones Unidas, criticó el proyecto de ley la semana pasada, instando al gobierno de Israel a reconsiderar sus planes.

"Si este proyecto se convierte en ley. De esta forma, se acelerará la demolición de toda las comunidades de beduinos, forzándoles a abandonar sus hogares, negándoles sus derechos a la propiedad de la tierra, y diezmando su cultura tradicional y la vida social en nombre del desarrollo", dijo Pillay.

Hay alrededor de 260.000 beduinos en Israel, que en su mayoría viven en el desierto del Negev y en los alrededores de las regiones áridas. Más de la mitad viven en aldeas no reconocidas sin servicios públicos y muchos también viven en la pobreza extrema.

El gobierno ha dicho que "en la medida de lo posible" va a otorgar estatus legal a los pueblos el Negev que actualmente no están reconocidas por las autoridades si cumplían algunos criterios mínimos de población. Pero esos criterios no se han establecido.