Cada vez es más evidente que nuestros Gobiernos cuentan con evaluaciones científicas incorrectas e inseguras, afirmó en RT Christopher Busby, miembro del Comité Europeo de Riesgos de la Radiación, que comparó la crisis de Fukushima con Chernóbyl.
Después de admitir el escape diario de entre 300 y 600 toneladas de agua radiactiva al océano Pacifico, el operador de Fukushima, Tepco, ha decidido crear una barrera de hielo con el fin de impedir la fuga del contenido tóxico. Asimismo, en su actual hoja de ruta, la empresa prevé iniciar a finales de este año la retirada del combustible usado de la piscina del Reactor número 4 de la planta que contiene, según Busby, "una serie impresionante de materiales letales". Un solo error en la delicada operación podría suponer una auténtica catástrofe.
"Es una cantidad alarmante de muerte invisible", señaló en RT el miembro del Comité Europeo de Riesgos de la Radiación (ECRR, por sus siglas en inglés). Tenemos ante nosotros lo que podría convertirse en uno de los casos más graves de salud pública mundiales de la historia, siendo supervisado por una empresa privada con fines de lucro y poco competente, dijo el científico británico.
Busby apuntó que "la cantidad total de este material contenido en la piscina de combustible gastado del Reactor 4 es de unos 1.021 becquerels, quizás unos 1.020 si dejamos de lado los gases nobles y yodos". Es decir, "tal vez el equivalente a entre 50 y 100 accidentes de Chernóbyl o más, dependiendo de lo que se crea que salió de Chernóbyl", continuó.
El experto no descarta que Japón ya cuente con planes de contingencia para evacuar la isla septentrional a Corea, China o cualquier otro lugar. También afirmó que dada la elevada cantidad de radiactividad esta podría alcanzar incluso territorio estadounidense.
Preocupante "dosis de radiación"
El modelo de riesgo empleado actualmente por el Gobierno japonés es el de la Comisión Internacional de Protección Radiológica (conocido como CIPR, por sus siglas en inglés). La CIRP, señala que la población recibe "dosis muy bajas" de radiación, por lo que apenas se detectan cánceres. Una afirmación que Busby rechaza rotundamente.
"Estas sandeces les permiten decir que es seguro vivir en áreas contaminadas, siempre y cuando la dosis anual sea inferior a aproximadamente 20 milisieverts y negarse a evacuar a los niños de esos lugares", lamentó el científico.
Aumenta el cáncer de tiroides en menores de Fukushima
El ECRR estudió el aumento de las tasas de enfermedad observadas después del accidente de Chernóbyl en los territorios contaminados y ha calculado que en Japón se observará un incremento de cáncer de tiroides en los niños, al igual que sucedió entonces en Chernóbyl. Sin embargo, la CIPR y las agencias que emplean su modelo niegan la existencia de tales efectos por la catástrofe sucedida en la actual Ucrania. "Consideran que los problemas se deben al vodka, a [problemas derivados de la llamada] 'radiofobia', etc. O que los niños de Bielorrusia que desarrollaron cáncer de tiroides eran deficientes en yodo", dijo Busby.
El desastre nuclear de Fukushima ya estaría pasando factura a la población de Japón. Y es que los datos muestran una evidente aceleración de la epidemia de cáncer de tiroides. Esta tiene efectos todavía peores a la detectada en Chernóbyl. Además, según el experto en radiación, se están desarrollando antes de lo previsto.
¿Protegiendo a los ciudadanos o a la industria nuclear y militar?
"Es una prueba más de que el modelo de riesgo actual de la ICRP, empleado no solo por los japoneses, sino por el resto de los Gobiernos del mundo, es totalmente erróneo y peligroso y debe ser abandonado con urgencia", enfatizó Busby.
Además, afirmó en RT que a cargo de la CIPR y otros organismos mundiales de protección radiológica no se encuentran precisamente personas que sean expertas en salud o en el campo de la radiación. "Su trabajo ha sido, y sigue siendo, proteger a la industria nuclear y militar, no al público", afirmó
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