Clérigos musulmanes autorizan a los residentes de suburbios asediados de Damasco a comer perros y gatos

Un grupo de clérigos sirios ha aprobado una fatua (edicto religioso) para autorizar que las personas que residen en los suburbios más asediados de Damasco puedan comer carne de perro, de gato o de burro, una medida adoptada ante la escasez de alimentos que están sufriendo en estos barrios periféricos.

En un mensaje de video, los clérigos musulmanes explican que las personas que lo necesiten podrán comer perros, gatos o burros para superar el hambre. Esta fatua se ha hecho pública después de que varios medios de comunicación hayan informado de los casos de inanición que se han registrado en la localidad de Muadhamiya, próxima a Damasco.

Las agencias de ayuda humanitaria que trabajan en Siria han solicitado al régimen que preside Bashar al Assad que permita la entrada de suministros en esta zona, en la que muchos residentes están atrapados. Cientos de vecinos de este suburbios, algunos de ellos montados en camilla, pudieron abandonar Muadhamiya el pasado fin de semana gracias a un alto el fuego temporal.

En su mensaje, que coincide con la celebración de la Fiesta del Sacrifio (Eid al Adha), los líderes religiosos musulmanes han dado autorización a los residentes de Ghouta, el cinturón agrícola de las afueras de la capital siria, a comer carne de animales que habitualmente no se consideran aptos para el consumo humano de acuerdo con el Islam.

Los clérigos han advertido de que esta fatua supone también un grito para reclamar ayuda para estos suburbios y han asegurado que si la situación sigue empeorando, los sirios tendrán que comer carne de muertos.

La fatua conocida este martes no es la primera de este tipo que se dicta en Siria desde que estalló el conflicto entre los rebeldes y las fuerzas de Al Assad. En concreto, los líderes musulmanes han aprobado edictos similares cuando las ciudades de Homs y Alepo fueron sometidas a duros asedios e intensos combates.

Las agencias de ayuda humanitaria han subrayado que la entrega de ayuda debe ser una prioridad equivalente al desmantelamiento del programa de armas químicas del régimen. El director general de Médicos Sin Fronteras (MSF), Christopher Stokes, ha dicho que es "absurdo" que los inspectores de armas químicas puedan viajar por todo el país sin problemas y no se pueda hacer llegar ayuda humanitaria a todas las zonas más lo necesitan.