Un nuevo cristiano recién convertido a Cristo, está siendo presionado por las autoridades de una aldea para abandonar su nueva fe, bajo amenazas de ser expulsado del pueblo, según la Voz de los Mártires.
Después que Bao y su familia se convirtieron al cristianismo hace cuatro meses, las autoridades le han dicho a Bao que no puede vivir en el pueblo y no pode usar los servicios públicos ni comprar cualquier producto como alimentos, ropa o velas de la aldea mientras continúen creyendo en Jesucristo.
Bao fue bautizado el 16 de julio, después que sus hermanos lo golpearon y lo entregaron a las autoridades quienes lo arrestaron. Bao fue encarcelado por dos días y fue golpeado.
La policía multó a Bao con $250, que debía ser pagado antes de que pudiera ser liberado. Su esposa era incapaz de ir y encontrar a alguien que les preste el dinero porque es ciega. En cambio, Bao fue liberado con la condición de que regresara en dos días con el dinero completo.
La Voz de los Mártires está proporcionando a Bao ayuda y el dinero para pagar la multa
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