La próxima ronda de mentiras contra Siria

La conclusión con respecto al próximo informe de la ONU sobre el ataque con armas químicas en Damasco, Siria, el 21 de agosto de 2013, se resume muy bien en el artículo de la BBC: "Crisis de Siria: informe de la ONU para confirmar el ataque con armas químicas" [énfasis añadido]:

Ban Ki-moon no hizo ningún comentario sobre quién era el culpable del ataque del 21 de agosto en la zona damascena de Guta, ya que no forma parte de las atribuciones del informe.

A pesar de esto, los Estados Unidos y su eje de colaboradores ya están tratando de dar la vuelta al asunto para confirmar que el responsable fue el Gobierno sirio.

Basándose exclusivamente en el impulso de sus redes de medios masivos y su capacidad para "desear" la realidad como les apetece, titulares como "Abrumador informe de Naciones Unidas sobre armas químicas en Siria", intentan de forma desvergonzada, vincular dos declaraciones fuera de contexto del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, sobre los "crímenes contra la humanidad" del Gobierno de Siria, y el uso confirmado de armas químicas en Damasco, Siria, para colocar en la mente de los lectores la culpa establecida de los ataques.

En realidad, los inspectores de la ONU, que se fueron en estampida de Damasco en medio de su trabajo por temor a un inminente ataque militar unilateral de EE.UU., trataban solo de determinar cómo murieron las víctimas en el este de Damasco, no quién los mató. Los análisis independientes sobre quién fue el responsable del ataque, no se han llevado a cabo. Lo mejor que los EE.UU. ha sido capaz de hacer es sugerir que los terroristas que operan en Siria eran incapaces de tal ataque, dejando sólo al Gobierno sirio como posible sospechoso.

Por supuesto, este único punto de contención se disipa con la propia política de EE.UU. en la región. En el reporte de la CNN, "Fuentes: EE.UU. ayuda a cubrir el entrenamiento de los rebeldes sirios en el aseguramiento de las armas químicas", informa que:
Los Estados Unidos y algunos aliados europeos están utilizando contratistas de defensa para entrenar a los rebeldes sirios en la forma de proteger las reservas de armas químicas en Siria, según declararon un alto funcionario y varios diplomáticos norteamericanos de alto rango a la CNN el domingo.

El entrenamiento, que tiene lugar en Jordania y Turquía, consiste en enseñar cómo supervisar y asegurar las existencias y manipular los sitios de armas y materiales, según las fuentes. Algunos de los contratistas están en territorio sirio trabajando con los rebeldes, para controlar algunos de los sitios, de acuerdo con uno de los funcionarios.

Los grupos militantes que operan dentro de Siria con "contratistas" occidentales (léase: mercenarios, ver: Blackwater) son más que capaces de manejar y desplegar las armas y, por lo tanto, más capaces de llevar a cabo los ataques en cuestión. La única polémica que le queda a los EE.UU. es si estos militantes, vinculados a Al-Qaeda, tienen la voluntad o la motivación para hacerlo. Hacerlo e involucrar al Gobierno sirio serviría como estímulo para una intervención militar directa de Washington y, por lo tanto, la salvación de la ofensiva militante que se desmorona, es más que suficiente motivación.

Complicidad de la ONU en las matanzas actuales en Siria

Mientras se sacan de contexto los comentarios del secretario general, Ban Ki Moon, su aparente fracaso en convocar a la llamada "oposición" a que rinda cuentas, huele a parcialismo, algo mostrado por la ONU durante todo el conflicto sirio. Además, igualmente preocupante es el fiasco de la ONU para investigar quién, de hecho, está armando, financiando y apoyando logísticamente a las ya comprobadas organizaciones terroristas, dentro y en torno a las fronteras de Siria.

Al-Qaeda ha estado activa en Siria desde que comenzó el conflicto, y de acuerdo con la propia evaluación del Departamento de Estado de EE.UU. titulada: "Denominaciones terroristas del Frente al-Nusra como un alias de Al-Qaeda en Irak:"
Desde noviembre de 2011, el Frente al-Nusra ha cometido casi 600 ataques - que van desde más de 40 actos suicidas al uso de armas pequeñas y las operaciones con dispositivos explosivos improvisados ​​- en los principales centros urbanos como Damasco, Alepo, Hama, Dara, Homs, Idlib y Dayr al-Zawr. Durante estos ataques numerosos sirios inocentes han perdido la vida.

¿Podría la ONU estar tan lejos de la realidad como para no darse cuenta de que una operación de esta magnitud seguramente tiene patrocinio del Estado, y que la pregunta de quién financia, arma y, de otra forma, apoya la más amplia operación no le parezca lo suficientemente importante como para hacerla públicamente?

Al examinar el papel de Naciones Unidas en la crisis siria se debe incluir también su informe de 2011 del Consejo de Derechos Humanos, y su más reciente informe publicado en agosto de este año (.doc). Estos no son más que una colección de "entrevistas" realizadas en el extranjero a "testigos" proporcionadas por "los grupos de oposición" sirios y presuntos desertores, exagerados con mentiras y giros prejuiciados, proporcionadas por "ONG" financiadas por Occidente, que trabajan abiertamente para los militantes armados dentro de Siria.

El panel de la ONU para el informe de 2011 y el más reciente de 2013 estuvo codirigido por Karen Koning AbuZayd, director del laboratorio de ideas empresarial Consejo de Política de Oriente Medio, con sede en Washington EE.UU. Su junta directiva incluye hombres de Exxon, agentes de la CIA, representantes del Grupo Saudí Bin Laden (empresa familiar de Osama Bin Laden), exembajadores en Kuwait, Omán y Catar, representantes militares y gubernamentales de EE.UU., e incluso el presidente de los Estados Unidos - Consejo Empresarial de Catar, que incluye entre sus miembros a Al Yazira, Chevron, Exxon, el fabricante de municiones Raytheon (que suministró los bombardeos iniciales durante las operaciones de la OTAN contra Libia) y Boeing.

En otras palabras, los propios aseguradores de la militancia armada que está consumiendo Siria: EE.UU., Arabia Saudita, Catar y los intereses de Israel, están sentados junto al jefe de la comisión de la ONU elaborando los informes que retratan el Gobierno sirio como el culpable de "crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad".

La ONU es una organización diversa ocupada en su trabajo con intereses tanto imparciales como abiertamente prejuiciosos. La utilidad de las declaraciones de Naciones Unidas, los informes e investigaciones debe ser determinada no por la retórica que las rodea, manipulada por el propio secretario general o por los medios de comunicación extranjeros, sino más bien por cualquier evidencia sólida y verificable que pueda estar presente, si de hecho lo está. Los informes del CDH de la ONU de 2011 y 2013 son propaganda desechable, basada únicamente en rumores sesgados. El informe más reciente de la ONU sobre los ataques químicos en Damasco del 21 de agosto de 2013, según la propia ONU, no inculpa a nadie, sino que simplemente confirma que se utilizaron armas químicas - un punto que no sostiene ninguna de las partes del conflicto.

Este punto, sobre todo, debe tenerse en cuenta antes de un predecible bombardeo propagandístico de los vacilantes intereses occidentales, decididos a utilizar el informe de la ONU para "confirmar" sus conclusiones totalmente rechazadas y sus soluciones prescritas sobre Siria.