El conductor de guaguas escolares y monitor de artes marciales detenido el pasado julio por tenencia y distribución de pornografía infantil, así como por presunto abuso y violación de menores, estuvo ocho años supuestamente agrediendo sexualmente a cuatro menores: un niño, dos niñas de corta edad y un bebé.
De escalofriante se puede considerar el relato que hicieron los policías de la Brigada de Delitos Tecnológicos al juez de Arona que ordenó la entrada en prisión del conductor de guaguas escolares acusado de abusos sexuales y tocamientos a menores.
Este sujeto, identificado como J. M. G. H., que fue detenido en el marco de la operación Dogo, ingresó en Tenerife II en julio tras prestar declaración ante el juez. Si en un primer momento se le acusaba de tenencia y distribución de pornografía infantil, ayer se supo que los hechos eran mucho más graves. Los funcionarios policiales durante el registro de su domicilio en El Fraile localizaron una cámara de vídeo con una tarjeta de memoria y una cinta en su interior, así como otras ocho cintas de grabación. Fue este error, lo que permitió su imputación. En dichos vídeos aparecían los menores desnudos víctimas de tocamientos y agresiones sexuales.
Tras visionar una y otra vez las escenas, los policías pudieron identificar a los padres de tres niños y constatar que dejaban a los menores a su cargo. De esta manera, el presunto pederasta abusó de forma continuada durante ocho años de los menores.
Gracias a esta investigación, los agentes descubrieron que en la actualidad J. M. G. H., estaba abusando de otros dos menores aprovechando su condición de monitor de gimnasio y conductor de guagua escolar.
Esta es la primera operación contra la distribución e intercambio de vídeos y archivos de pornografía infantil producidos mediante grooming. Este sistema consiste en el intercambio de material en foros de pederastas en redes anónimas de internet, con la denominada darknet, que realiza el enrutamiento de los mensajes para mantener el anonimato de sus usuarios y que, además, mantiene la integridad y el secreto de la información que viaja por ella. Tras varios meses de monitorización, los policías localizaron al detenido en el Sur y otros dos en Ibiza.