Tercera condición: guardarse del mundo.(2:12-18)

Os escribo a vosotros, hijos míos, porque se os han perdonado los pecados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio.
Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno. 
Os escribo, hijos, porque conocéis al Padre.
Os escribo a vosotros, padres, porque ya conocéis al que es desde el principio.
Os escribo, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno. No
améis al mundoni lo que hay en el mundo.
Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo cuanto hay en el mundo —la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las riquezas— no viene del Padre, sino del mundo. El mundo y sus concupiscencias pasan; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre.