Cuatro tazas diarias de café o el equivalente a 400 miligramos de cafeína aumenta la velocidad de respuesta, la precisión, y hace que la persona cometa menos errores, afirma Ana Adán, profesora del Instituto de Investigación en Cerebro, Cognición y Conducta de la Universidad de Barcelona, quien asegura que su ingesta también previene la aparición del Alzheimer.
La experta ha realizado estas afirmaciones después de realizar un trabajo, impulsado por el Centro de Información Café y salud (CICLOS), consistente en la revisión de los estudios científicos más relevantes sobre esta materia. Así, explica que la cafeína ayuda a vencer la somnolencia y a mejorar el rendimiento cognitivo, especialmente cuando la persona está fatigada o tiene falta de sueño.
En sus palabras, la persona que ingiere esta sustancia procesa mejor la información y mejora su ánimo subjetivo. En definitiva, se siente "más eficiente, vigoroso y motivados por el trabajo", precisa. No obstante, recuerda que para mantener un "buen estado de alerta" es "imprescindible" haber dormido las horas necesarias, "pero cuando este descanso no se produce, ciertas sustancias como la cafeína, pueden ayudar a mejorar el estado de vigilia siempre y cuando se utilice de forma responsable".
En este sentido, asegura que 400 miligramos de cafeína es "una dosis responsable que no genera riesgos para la salud" y que su ingesta está indicada para apnea prematura, somnolencia, fatiga y agotamiento. La investigadora subraya las propiedades antioxidantes de la cafeína "que neutralizan a los radicales libres" y que, por tanto, actúan contra el envejecimiento, el cáncer de faringe y esófago, y la demencia. No obstante, puntualiza que este fenómeno se produce "si alguien tiene el hábito, pero que si se tienen los síntomas no vas a obtener beneficios".
Tomar más de 400 miligramos «es abusivo»
En contraposición, Adán advierte de que una dosis superior a 400 miligramos es una "cantidad abusiva" y que, en personas de riesgo, puede provocar taquicardias o insomnio, y empeora el tiempo y la calidad del sueño. Asimismo, su consumo está contraindicado en mujeres embarazadas, que no pueden excederse de los 600 miligramos, "ya que aumenta el riesgo de aborto". Tampoco, en personas que padezcan alteraciones cardiovasculares o gastrointestinales, insomnio, insuficiencia hepática o trastornos de ansiedad. Su ingesta tampoco está recomendada en niños menores de 12 años y personas que padezcan insuficiencia renal.
Tomarlo mejor con azúcar
Por otro lado, Adán reconoce que la combinación ideal es la de cafeína y glucosa, por lo que recomienda la ingesta de esta sustancia con bajas dosis de glucosa -menos de 25 gramos-, especialmente en adultos jóvenes, ya que una ingesta excesiva de azúcar predispone a desarrollar obesidad y síndrome metabólico. Además, la ingesta de café supone una hidratación añadida, "fundamental para el correcto rendimiento del cerebro", precisa la experta.
"En estados de fatiga, tomar un café, que además de agua contiene cafeína puede ser una buena alternativa y una estrategia eficaz para aumentar el rendimiento", argumenta. Por último, esta experta explica que, una vez producida la ingesta de cafeína, a los 30-45 minutos esta sustancia llega a la sangre y se producen las reacciones, que suelen durar entre tres y seis horas. Precisa además que su metabolización y expulsión varía en función de la edad. "La gente mayor tarda más que la joven", concluye.
La cafeína podría prevenir la depresión en las mujeres, según un estudio de varios investigadores estadounidenses publicado hoy en la revista especializada «Archives of Internal Medicine».
Las mujeres que beben cuatro tazas de café al día tienen un 20 por ciento menos de probabilidades de sufrir depresión que aquellas que apenas consumen esta infusión, según esta investigación.
Los estudios sobre los efectos a largo plazo del consumo regular de café son escasos. Sin embargo, una pequeña investigación finlandesa ya mostró anteriormente que los hombres que beben grandes cantidades de café tienen menos probabilidades de suicidarse.
Investigadores de Harvard y Columbia
Los investigadores, que pertenecen a las universidades de Harvard y Columbia, reconocen que todavía no están claras las razones por las que el café podría proteger de la depresión, aunque señalan que estudios anteriores en animales mostraron que la cafeína protege contra ciertas neurotoxinas.
Los científicos aseguran, por tanto, que se necesitan más estudios para determinar si el café podría usarse para prevenir la depresión y de qué manera. Además, insisten en que esta primera investigación no prueba que el café disminuya el riesgo de padecer depresión, sino que sólo indica que la cafeína podría proteger de esta enfermedad de alguna manera.
Los beneficios de la cafeína en la prevención de la depresión son similares tanto si se ingiere con el café como si se toma a través del chocolate o de bebidas que la contienen. La investigación se ha llevado a cabo a partir de una muestra de 50.739 mujeres de una edad media de 63 años y sin síntomas de depresión al inicio del estudio.