Una nueva explosión provocó hoy daños a una conductora en el Sinaí egipcio que suministra gas natural a Israel y Jordania, en lo que representa el ataque número 14 desde el derrocamiento de Hosni Mubarak en febrero de 2011.
Fuentes de seguridad en Egipto indicaron que hombres enmascarados cavaron un hoyo junto al gasoducto y colocaron explosivos que detonaron por control remoto, agravando los daños que ya había sufrido durante el anterior sabotaje, perpetrado el pasado 5 de marzo.
Residentes precisaron que la tubería está situada en la región de Al-Midan, a la entrada de la ciudad costera de Al-Arish, capital de la provincia del Sinaí Norte, limítrofe con Israel.
Hasta el momento ningún grupo armado o persona se adjudicó la autoría del ataque, aunque los 13 anteriores fueron atribuidos a pobladores beduinos molestos por los precios preferenciales en la venta del carburante dados a Israel, al que consideran un Estado enemigo.
La conductora recién había sido habilitada hace una semana después de la avería de marzo, añadieron autoridades al denunciar que la frecuencia de agresiones promedia casi una por mes, desde que la seguridad se resquebrajó en la zona tras la caída de Mubarak.
El expresidente fue duramente criticado por sectores políticos opositores y la comunidad beduina del Sinaí, y tras su renuncia se le acusó de negociaciones turbias para favorecer a Israel, a cambio de supuestos beneficios económicos.
De acuerdo con un acuerdo firmado en 2005 para la exportación de gas a Israel por valor de 2,5 mil millones de dólares, Tel Aviv tiene garantizado casi el 40 por ciento de sus necesidades de gas a precios inferiores a los del mercado mundial.
Críticos de ese pacto señalan que Egipto fue obligado a aceptarlo en virtud del acuerdo de paz de Camp David, suscrito en 1979, que también garantiza al país árabe una ayuda económica y militar de Estados Unidos estimada en más de 1,5 mil millones de dólares anuales.