El Gobierno estadounidense se está aproximando al final de las negociaciones del Tratado sobre la Asociación Transpacífica, uno de los acuerdos comerciales más amplios de la historia del país.
El acuerdo, que apunta a impulsar el comercio entre los 12 países participantes, con una perspectiva de extenderse a la mitad del mundo, entrará en la fase final de negociaciones entre 15 y el 24 de este mes.
Estados Unidos mantiene negociaciones sobre el tratado con Australia, Nueva Zelanda, Brunéi, Malasia, Singapur, Vietnam, Chile, Perú, Canadá, México y Japón.
Según expertos citados por la revista 'Mother Jones', el tratado (TPP, por sus siglas en inglés), que lleva tres años negociándose en secreto, cuenta con el potencial de afectar a muchos sectores de la vida estadounidense. Pero debido a la falta de transparencia ha generado alarma entre los expertos acerca de las implicaciones del acuerdo.
El borrador del documento no estará disponible para el público estadounidense antes de que sea finalizado y firmado por todos los países participantes. Muchos legisladores están descontentos con su nivel de acceso al documento. Varios congresistas recientemente solicitaron al Representante de Comercio de EE.UU. que se revelara el borrador al público, aunque sin éxito.
El año pasado parte del borrador del TPP, promocionado por el Gobierno de Obama, fue filtrado a los medios estadounidenses.
Al analizar la información filtrada, algunos especialistas concluyeron que el tratado entra en contradicción con el programa preelectoral del presidente Obama.
El borrador demandará que los países participantes ajusten sus normas y regulaciones conforme a los estándares internacionales. Eso podría llevar a una presión para la revisión de normativas en materias como el medio ambiente, productos comestibles y la seguridad laboral en EE.UU., según dicen expertos en el comercio como Josh Meltzer, profesor en Estudios Internacionales de la Escuela Legal de Georgetown y Susan Aaronsen, profesora de la Universidad George Washington.
Además las empresas extranjeras que operan dentro del territorio estadounidense podrían apelar ciertas decisiones legales o reglamentarias ante un tribunal internacional que tendría el poder de hacer caso omiso a la ley estadounidense e imponer sanciones comerciales a EE.UU. por no acatar sus decisiones.
A continuación se mencionan algunas de las preocupaciones que comparten expertos y legisladores acerca del TPP.
La propiedad intelectual
Según la filtración se endurecerán las sanciones por la violación del 'copyright'. El borrador reza que las naciones participantes tendrán que imponer cargos criminales por la infracción de derechos intelectuales "a base comercial", lo que se puede extender a algo tan diminuto como descargar una canción. Tras la filtración, el Representante de Comercio de EE.UU. prometió que esas condiciones tendrán "excepciones y limitaciones" en lo que se refiere a "las críticas, los comentarios, la transmisión de noticias, la enseñanza y las investigaciones".
Las normas de productos comestibles, laborales y medioambientales
El TPP cuenta con el potencial de alterar varias normas estadounidenses, desde las que regulan la calidad de los comestibles a los estándares laborales y reglas medioambientales. Los críticos temen un influjo de comida contaminada. Mientras que los patrocinadores del acuerdo prometen una mejora en los estándares, gracias a la falta de transparencia hay temores de que la situación pueda cambiar en la dirección contraria.
Puestos de trabajo
El TPP renueva el debate que ya cuenta con varias décadas de si los acuerdos comerciales fomentan o reducen el empleo.
En noviembre pasado 23 senadores escribieron una carta al Gobierno para expresar su preocupación de que el tratado pudiera agravar la ya frágil situación de empleo. "El comercio debe crear y preservar buenos puestos de trabajo en EE.UU. y no moverlos al extranjero", rezaba la carta.
Está previsto que el tratado sea firmado en octubre, pero las negociaciones podrían demorar hasta próxima primavera. Y se desconoce si todos los miembros del Congreso podrán ver el contenido completo del tratado antes de que sea finalizado.
Según la ley sobre la promisión de comercio, que expiró en 2007 pero que sigue en práctica, el presidente puede realizar negociaciones sobre nuevos acuerdos comerciales sin que el Congreso pueda enmendar o votarlos antes de que el pacto sea finalizado.
Según expertos, es poco probable que el Congreso desapruebe el resultado de un proceso complicado de negociaciones multilaterales de tres años.
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