Fanáticos promotores del aborto pretenden desterrar sustrato cristiano de Chile

Un grupo de fieles ayuda a colocar una banca luego de los destrozos de los abortistas
Monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago, quien se encontraba participando de la Jornada Mundial de la Juventud, recibió la noticia de la profanación a la Catedral de Santiago de Chile por parte de una turba de abortistas
ocurrida el jueves 25 de julio; afirmó que se trata de un grupo de fanáticos, animados por organizaciones internacionales que pretenden ilusoriamente desterrar el sustrato cristiano de la cultura, propiciando el aborto.

Un grupo de fieles ayuda a colocar una banca luego de los destrozos de los abortistas
Desde la ciudad de Río de Janeiro, el prelado envió una carta titulada "La vida, la fecundidad y la muerte" en donde condena el hecho de violencia contra la Catedral: "Nadie tiene derecho a ultrajarla; nadie tiene derecho a insultar nuestra fe en Dios ni a los feligreses reunidos en la Santa Misa", afirmó.

"Han sido jóvenes desquiciados que no creen en la libertad de los demás. Una bomba de tiempo para nuestra democracia si no logramos establecer leyes claras y precisas que propicien la defensa y la promoción de la vida, así como el destierro de la violencia. Son los exponentes de una anticultura de la muerte a quienes debemos denunciar en sus programas "terapéuticos" y "eugenésicos", advirtió Contreras.

Reflexiones respecto a la vida, la fecundidad y la muerte

Tras las palabras de firme condena a la violencia, Mons. Contreras hizo un llamado a los cristianos en Chile a respetar el derecho a la vida y ?defender el matrimonio; en vistas a las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias en Chile.

"Da que pensar, y mucho, que la sacralidad de la vida dependa, en la práctica, de quienes tienen el poder político, económico y cultural. Ellos son los que determinan quien tiene derecho a la vida y quien va derecho a la muerte".

"Da que pensar, y mucho, que el derecho a la buena muerte, doctrina tradicional en la ética cristiana, pase a mal llamarse "eutanasia" para disfrazar el poder arrogante de quienes procuran matar a un moribundo, a un anciano, o a otros seres humanos que las mayorías parlamentarias pudieran considerar inservibles.

El prelado comentó que la naturaleza siempre llega a imponerse por la razón de su propia esencia. "Las arremetidas ideológicas contra natura, han dejado siempre una estela de atrocidades a lo largo de la historia", comentó

Finalmente, hizo un llamado a referirse a estos temas por su nombre real y renunciar a eufemismos: "Hablemos directamente de aborto, sin invocar el derecho a la vida de la madre (mal llamado aborto "terapéutico"), situaciones que la técnica médica ha superado desde hace décadas".

"Prefiero que hablemos de matar a enfermos terminales o inservibles, y no llamarlo "eutanasia". ¡Para qué engañarnos! Es mejor enfrentar los hechos que tratar de sacárselos de encima buscando palabras de buena crianza, eufemismos, para nombrar lo que no queremos afrontar y que son crímenes y punto", finalizó.