En Afganistán, las fuertes precipitaciones afectaron a las provincias de Wardak, Khost y Kabul y causaron al menos 61 fallecidos. En el distrito de Sarobi, en Kabul, se registró la mayor parte de las víctimas mortales. Según el balance oficial, 237 casas en 13 pueblos han quedado destruidas y se espera encontrar más cadáveres entre sus escombros. En la vecina Pakistán, el número de muertos ascendió a 51, según medios locales. Allí, la zona más afectada ha sido Khyber-Pakhtunkhwa.