Kinshasa, 2 jul (PL) La situación humanitaria de muchos niños en el este de la República Democrática del Congo (RDC) "sigue siendo muy grave", alertó hoy el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en un comunicado circulado aquí.
Más de siete millones de dólares se requieren para seguir ayudando a los pequeños en territorios de la provincia Kivu del Norte, cuya capital, Goma, y otras demarcaciones son disputadas entre soldados y rebeldes, añadió la fuente.
La violencia cerca de la localidad oriental de Kamango, además, obligó a más de 66 mil congoleños, el 50 por ciento de ellos menores de edad, a refugiarse en el fronterizo estado de Uganda, asegura la Unicef.
Parte de esas víctimas fueron desplazadas por un ataque el 11 de julio último contra esa localidad por fuerzas del insurrecto Movimiento 23 de Marzo (M-23), integrado por militares rebelado a mediados del pasado 2013 contra el Gobierno.
Los refugiados comenzaron a llegar después de esa acción al sub-condado ugandés de Bubanbdi, según la agencia de la ONU.
Los infantes relatan cruentas escenas de ataques armados nocturnos que causan pánico a toda la población y las familias huyen en distintas direcciones para evitar que sus miembros sean asesinados.
Algunos niños son separados de sus padres y hermanos en medio de la confusión y viajan en solitario hacia la frontera con Uganda.
La Cruz Roja de Kampala ha registrado a 37 mil 037 niños refugiados, de los que 122 carecen de compañía paterna, distanciados de sus núcleos familiares por la violencia.
Unos cuatro mil 500 infantes permanecen entre las filas de fuerzas y grupos armados de distinto credo, entre ellos unos dos mil en regiones de Kivu del Norte, según estimados del órgano de Naciones Unidas especializado en la infancia.
La Unicef y otros mecanismos humanitarios ven limitados su acceso a los lugares donde se encuentran esos niños en el este de la RDC, lo que hace más difícil ofrecer asistencia a los que la necesitan.
Unos 380 casos de denegación de asistencia humanitaria y el ataque a 113 escuelas e instalaciones médicas fueron documentados desde 2011 por las partes involucradas en el conflicto.
La situación es tan compleja que la Unicef llamó a todas las partes a asegurar que los niños estén protegidos contra toda forma de violencia, explotación y abuso.