Por el “modus operandi” se sospecha que se trataba de un grupo de extremistas islámicos junto a pastores de la etnia fulani, en lucha constante contra los agricultores de la zona, en un conflicto que afecta a la zona central de Nigeria en los últimos años.
Emmanuel Sunday es uno de los que denunció la matanza, de la que pudo escapar “gracias a Dios”, dijo a Morning Star News. Cuenta que el pasado jueves fue interceptado por un grupo de hombres armados cuando se desplazaba en su motocicleta, de regreso tras cumplir su jornada de estudio en una escuela técnica en la ciudad de Jos.
El joven de 19 años de edad vio entonces a un grupo de personas a quienes los asaltantes habían hecho bajar de un minibus. A todos les preguntaban cuál era su religión, y a los cristianos los separaban del resto, poniéndolos boca abajo en el suelo.
HUIDA MILAGROSA
Dice Emmanuel que poco después le obligaron a darle todas sus pertenencias, incluida su cartera y su teléfono móvil. Todo sucedía en una carretera secundaria, pero sólo a cuatro kilómetros de la autopista que conecta con Jos.
De repente “los hombres armados empezaron a disparar y a matar a aquellos de nosotros que habíamos dicho ser cristianos”. Emmanuel consiguió escapar porque “ya era de noche”, y pudo meterse en un maizal cercano y huir. “Salí ileso, excepto por los rasguños que sufrí en la huida. Pero a muchos los mataron de forma salvaje”, cuenta.
Dos horas después, el joven llegó a su aldea. Al día siguiente se enteró de que dos de las cinco personas asesinadas, Pam Gyang (33 años) y Felix John (32), eran de su aldea. Cinco de las víctimas mortales eran de la Iglesia de Cristo en las Naciones (COCIN) en Foron, cuyo pastor dijo que los asaltantes eran un grupo combinado de los pastores de etnia fulani y mercenarios extremistas islámicos.
FAMILIAS ROTAS
El pastor Pam Jang Pam contó que los extremistas islámicos también mataron a Jimmy Tiger (28) Ishaku Gyang (40) y Dachung Monday (20), e hirieron a otros cuatro hombres y a una mujer embarazada, todos cristianos.
La viuda embarazada de Pam Gyang, Grace, dijo que a su difunto marido también le sobreviven dos hijas y un hijo.
“No tengo mucho que decir, excepto para alabar a Dios por su gracia sosteniendo nuestras vidas”, dijo Gyang. “¿Qué puedo hacer yo, más que dar gracias a Dios por su vida? Oro para que a través de su muerte los que lo mataron lleguen a conocer a Jesús como su salvador”.
El pastor agregó que estas matanzas de cristianos en la zona están afectando mucho a su iglesia. Pide un esfuerzo a los organismos de seguridad y al gobierno para que “actúe para detener estos ataques”.
Se sospecha que grupos extremistas islámicos que vienen de países vecinos a Nigeria son quienes incitan a los pastores de etnia fulani a llevar las disputas con los agricultores cristianos de la zona de Plateau a un clima de violencia extremo.
“No fue mi habilidad – concluye Emmanuel – lo que hizo posible mi huida, sino Dios quien me permitió estar vivo para contar cómo ocurrió el ataque y para mostrar su milagro en mi vida”.
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