Las fuerzas de la oposición siria se sienten abandonadas y más divididas que nunca debido a la decisión del presidente estadounidense Barack Obama de buscar una solución diplomática a la guerra civil en Siria.
Muchos rebeldes que tenían la esperanza de que una ofensiva militar norteamericana contra el gobierno del presidente Bashar Assad ayudara a inclinar la balanza en momentos que las dos partes en conflicto están en un punto muerto, dijeron que Estados Unidos ha dado a Assad un segundo aire mientras negocia con potencias mundiales.
"Estamos solos", dijo por Skype el combatiente opositor Mohammad Joud, desde la destruida ciudad norteña de Alepo. "Siempre supe eso, pero gracias a la vergonzosa decisión de Obama, otros van a despertar también a esta realidad".
Los rebeldes que desde hace dos años y medio libran una guerra para derrocar a Assad dicen que Estados Unidos ha incumplido repetidas veces sus promesas de ayuda, ofreciendo sólo retórica. En junio, Obama anunció que ofrecería ayuda militar a los rebeldes, pero hasta ahora ninguna de las armas ha llegado a la oposición y las fuerzas del presidente sirio están en ventaja.
La violencia continuó el miércoles cuando aviones de combate del gobierno atacaron un hospital de campo en el poblado de al-Bab, cerca de Alepo, con un saldo de 11 muertos y decenas de heridos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña. El grupo, que depende de los informes de activistas en Siria, dijo que un médico yemení estuvo entre los fallecidos en el ataque aéreo.
"El régimen de Assad va a quedar fortalecido porque han aceptado entregar sus armas químicas, pero se quedan con todo lo demás para combatir a la oposición, que ha perdido terreno en los últimos 12 meses y ahora sufre este gran golpe", dijo Ayham Kamel, analista de asuntos del Medio Oriente del Eurasia Group en Londres. "La oposición tendrá que enfrentar problemas de moral y sentido de finalidad".
Lo que es más, la oposición ha tenido que enfrentar batallas internas cada vez más fuertes entre combatientes afiliados con al-Qaida y rebeldes más moderados, así como entre los combatientes y los curdos en el noreste del país. Y la llegada de armas más avanzadas desde Arabia Saudí este mismo año no parece haber tenido un efecto significativo en el terreno, donde las fuerzas de Assad están a la ofensiva.
En una muestra de la resistencia del gobierno, cientos de personas recorrieron las calles de Damasco, la capital siria, haciendo sonar el claxon de sus vehículos para celebrar el cumpleaños de Assad el miércoles. El gobernante sirio, que cumple 48 años, todavía es popular entre algunos sectores de la sociedad siria, particularmente la secta alauita y otras minorías, incluidos los cristianos.
"La gente esperaba que Estados Unidos atacara para tratar de encontrar algunas solución, pero también esperaban que no sucediera nada porque nadie tiene una solución para Siria", dijo Bissan, una vecina de Damasco que habló con The Associated Press durante una visita a Beirut el miércoles. La mujer insistió en no ser identificada por temor a represalias.