
A principio de este septiembre los rebeldes tomaron la ciudad de Maalula, un enclave a 56 kilómetros al noroeste de Damasco, considerado un símbolo de la presencia cristiana en Siria. Los rebeldes entraron en la ciudad y quemaron y saquearon sus iglesias. A mediados de septiembre el Ejército sirio recuperó el control sobre la población, matando a al menos 300 insurgentes. Actualmente los militares continúan expulsando a los rebeldes.
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