Los actos terroristas contra los kurdos, tanto en Irak como en Siria, les ha obligado a alzarse en armas para defenderse.
El domingo, el presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, aseveró que sus fuerzas no dudarían en "atacar a los criminales terroristas en dondequiera que estén", incluso en Siria.
"Es nuestro deber proteger a los kurdos en donde sea que se encuentren si tenemos la capacidad", precisó el líder kurdo en referencia a los ataques suicidas registrados el pasado 29 de septiembre en Erbil capital de Kurdistán iraquí, que dejó un saldo de siete muertos y más de 60 heridos.
Sobre el conflicto sirio, Barzani admitió que Kurdistán iraquí proporcionó entrenamiento militar a los jóvenes kurdos en Siria, para que puedan "proteger a sus regiones".
"Un número de jóvenes fueron capacitados, pero no con el objetivo de participar en la guerra", dijo Barzani, quien a pesar de abogar para que los kurdos se alejen de las partes implicadas en cualquier conflicto, insiste en su derecho de defenderse ante cualquier amenaza.
En agosto de 2013, tras la masacre de cientos de civiles kurdos a manos de grupos armados terroristas afiliados a Al-Qaeda que operan en las fronteras de Siria y Turquía, Barzani dejó claro que Kurdistán iraquí “pondría en marcha todas sus capacidades para defender a los inocentes”.
Los kurdos de Siria, que representan el 10 % de la población de este país y en su mayoría se concentran en las zonas norteñas, se han convertido en el blanco de varios ataques de bandas terroristas durante los últimos meses.
Como consecuencia, el grupo armado kurdo Comités para la Protección del Pueblo Kurdo (YPG, por sus siglas en kurdo) emitió un comunicado el pasado julio en el que pidió "a todo aquel capaz de portar las armas" que se una a sus filas para luchar contra las bandas terroristas ligadas a Al-Qaeda.
