Las sanciones antiraníes impuestas por Occidente contra el sector farmacéutico y sanitario del país persa es una flagrante violación de las normas de derechos humanos, dijo el portavoz de la Comisión de Salud de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), Soleiman Abasi.
En una entrevista concedida al corresponsal del servicio exterior de la Radio y Televisión iraní, Soleiman Abasi afirmó que las sanciones inhumanas impuestas por los países occidentales contra Irán han provocado graves problemas para la nación persa, mientras que las normas internacionales y las de la Organización Mundial de la Salud (OMS) prohíben imponer sanciones a los medicamentos.
Hizo referencia a las sanciones continuas que el país persa ha sufrido tras la victoria de la revolución islámica en 1979 y manifestó que el pueblo iraní ha superado diversas sanciones, basándose en la autosuficiencia adquirida durante los últimos años en distintos campos.
Abasi subrayó los planes del ministerio de Salud de Irán para la gestión de recursos y atender las necesidades médicas de los enfermos, además reiteró que con el apoyo a las empresas farmacéuticas iraníes y el cuerpo especializado, las sanciones occidentales se pueden convertir en una oportunidad para avanzar.
Al concluir sus declaraciones, pidió otorgar todas las facilidades a la industria farmacéutica para superar las necesidades del país persa y expresó su deseo que los productores nacionales algún día puedan atender las necesidades del sector farmacéutico de otros países, en particular los Estados musulmanes.
Las autoridades iraníes en repetidas ocasiones han repudiado las sanciones impuestas a Irán que ponen de relieve las políticas antiraníes de Estados Unidos.
EE.UU y algunos de sus aliados occidentales acusan a Teherán de perseguir objetivos militares en su programa nuclear, y con este pretexto le imponen duras sanciones.
Irán, por su parte, rechaza esas acusaciones, puesto que como miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y signatario del Tratado de No Proliferación (TNP) tiene derecho legítimo a desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
